Sunday, November 14, 2010

Octubre, 2010

Sudáfrica


“Akeko ofana no Gesu!” (“¡No hay nadie como Jesús!”), es un emocionante canto de alabanza, en el idioma Khosa, que Roberto disfrutó, al aprenderlo de un talentoso grupo musical, nativo de Ciudad del Cabo. Fue uno de los momentos cumbre de su tiempo allá, durante el día de visitación ministerial. El Congreso Lausana de Evangelización Mundial reunió a casi cinco mil líderes clave de 198 naciones, para bregar con los retos que encara la Iglesia en su crecimiento y el extendimiento del evangelio. Conforme se reunían alrededor de las mesas, para buscar estrategias y orar diariamente por las distintas regiones del mundo, el menú incluía temas como la reconciliación racial y denominacional, hostilidad anticristiana, doctrinas extremas, conformidad e indiferencia y el polifacético desafío urbano. “Dios Se Está Moviendo,” también fue un enfoque diario, mostrando la emocionante y milagrosa obra que nuestro Príncipe de Paz está realizando entre su pueblo, contra todo pronóstico, en zonas de acceso restringido. Las sesiones kilométricas dentro de la cabina de interpretación se vieron mitigadas por el maravilloso ambiente de adoración y servicio que permeaba aquel lugar. “Fue un enorme privilegio y bendición servir a los siervos de Dios, alabar a nuestro Señor en unidad, bajo la dirección de los hermanos africanos, y elevar nuestras peticiones juntos delante del Trono de Gracia, al lado de consiervos de cada pueblo y nación y lengua… una antesala del cielo,” relató Roberto, al meditar sobre la experiencia, con un nudo en la garganta y los ojos llorosos. “He sido inspirado, renovado, animado, y desafiado. Cuánto he apreciado la disposición de servicio y la obra que Dios está realizando a través de muchos nuevos amigos en otras regiones del mundo.”


América Central


Mientras tanto, en Honduras las cosas no fueron tan edificantes ni alentadoras. Roxana y los niños tuvieron que lidiar con la deteriorada salud de nuestra mascota, quien había sido parte de nuestra familia desde antes de tener hijos. Nuestro gato siamés, Nicky, venía sufriendo de convulsiones y, como ya no respondía al medicamento, tuvieron que dormirlo estando Roberto de viaje. Extrañamos a nuestro pequeño y fiel compañero, que estuvo con nuestra familia por catorce años. También, durante la ausencia de Roberto, ¡David tuvo semana de exámenes!


Este lado del mundo ha sido “rociado” por una abundancia de precipitación en este mes. Amplia destrucción ha occurrido; muchas casas, carreteras y puentes han sido arrasados por las inundaciones. En Costa Rica hay al menos 20 muertes confirmadas, otro tanto de desaparecidos, más 300,000 damnificados.


Tristemente, ha sucedido otra balacera en la comunidad de Rivera Hernández, a pocas cuadras de la iglesia que ayudamos a fundar. Esta vez, 15 personas fueron asesinadas, incluyendo a dos jóvenes cristianos. Pidamos a Dios que obre en el corazón de quienes sobrevivieron el ataque, para que reconozcan que Dios tiene un propósito para sus vidas. Oremos por sanidad y paz en esta violenta comunidad. Oren también por nuestra continua protección y la del pastor Manuel y su familia, conforme servimos juntos allí.


Como siempre, agradecemos mucho sus oraciones por nosotros. Dios ha sido fiel en protegernos, proveer nuestras necesidades y usarnos para su honra y gloria. ¡Alabado sea su nombre por los siglos!


Roberto, Roxana, David y Julianna


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